Radio - Martha Debayle - "Atrapado en tu Soledad"
May 13, 2014

¿Qué es la soledad?
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La soledad es una experiencia dual, pues tiene una parte objetiva (estar solo) y una parte subjetiva (sentirse solo)
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Estar solo
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Se define por la ausencia de compañía, permanente o temporal. Este estado está definido por la cantidad de las personas que te rodean, que en este caso debe ser igual a cero.
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Sentirse solo
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Este estado está definido por la calidad subjetiva de la compañía que se tiene.
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Puedes estar solo y sentirte solo o puedes estar rodeado de gente, aún personas significativas, y no sentirte conectado a ellas.
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¿Qué causa nuestra soledad?
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Cuando es objetiva en general es un proceso gradual compuesto por diversos cambios en distintas etapas o situaciones de vida, propios o de las personas significativas:
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Salir de la escuela
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Dejar el hogar parental,
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Cambio de lugar de residencia o trabajo (incluso días u horarios especiales).
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Casarse y/o tener hijos
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Divorcio o separación.
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Conflictos con amigos y/o familiares,
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Muerte de amigos y/o familiares contemporáneos.
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Aislamiento voluntario por sentirse incapaz de interactuar o no sentirse merecedor de manera satisfactoria con otros.
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Cuando es subjetiva puede deberse a un proceso de distorsión del pensamiento, en el que la autoestima es un factor crítico.
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Sentirse un fraude
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Sentirse rechazado
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Tener expectativas distorsionadas de lo que es la lealtad y/o amistad las que, al no cumplirse, nos provocan decepción y nos alejan de los que amamos.
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Ser rechazado por actuar basado en los 3 puntos anteriores.
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¿Cómo nos afecta la soledad?
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Se convierte en un círculo vicioso.
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Mientras más tiempo nos sentimos o pasamos solos, menos capaces somos para socializar con los demás.
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El resultado es cierta torpeza social, pero el que la padece no piensa en una falta de habilidad como la causa de ella y sí en un problema de identidad (ser tonto, ser malo, ser fea, etc.)
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Afecta nuestra percepción de las relaciones, viéndolas de manera más pesimista y negativa.
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Creemos que la gente nos rechaza, que no le importamos, no está interesada en estar con nosotros o que si lo hacen es por lástima.
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Esto hace que no tomemos iniciativa para interactuar o que rechacemos invitaciones o integrarnos a los demás.
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La negatividad, pesimismo y aislamiento se convierten en los ingredientes para crear la profecía autocumplida.
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Como piensas que los demás te rechazan, inconscientemente te portas extraño con ellos y esto hace que efectivamente te rechacen, aunque al final no asocias que fue por lo que hiciste y piensas que es por quien eres.
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Creas una imagen distorsionada ante los demás.
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Piensan que verdaderamente no te gusta socializar y entonces dejan de hacerte invitaciones, pues de todos modos las rechazas.
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Los sentimientos de soledad son contagiosos.
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Diferentes estudios sociales describen como las personas solitarias tienden a “contagiar” a sus amigos, aislándolos de otros y haciendo que las oportunidades de socializar de ambos se reduzcan dramaticamente.
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Se forman círculos muy cerrados de 2 o 3 amigos.
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¿Qué hacer si nos sentimos en soledad?
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No puedes cambiar de la noche a la mañana las viejas creencias distorsionadas que tienes de ti o de las otras personas, pero siempre puedes atreverte a tener fe en que esto es posible, aunque de momento todavía no sepas cómo hacerlo.
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Aquí te presentamos una serie de recomendaciones que pueden ayudarte:
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Toma la iniciativa
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Empieza por algo relativamente simple como dar los buenos días o saludar a la gente en el trabajo.
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Hacer un poco de conversación básica con personas que te atienden en la caja del supermercado o en el restaurante.
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“¿Siempre hay tanta/tan poca gente a esta hora?”
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“¿Qué me recomienda más, el pastel de chocolate o el de zanahoria?”.
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(Evita hacer esto si estás en una fila con 135 personas tras de ti esperando su turno).
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Ve si puedes recuperar algunas amistades o relaciones del pasado.
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Precaución: En estos intentos, seguro no tendrás éxito en recibir una respuesta positiva el 100% de las veces. Recuerda que siempre te puedes topar con un aislado como tú.
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Atrevete a dudar
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De pensar que nadie se interesará en ti.
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De tu creencia de que eres indeseable, aburrida o tonto.
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De que las personas de las que te has alejado por mucho tiempo te van a rechazar una invitación a un café o una simple llamada telefónica.
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Precaución: No trates de pensar lo opuesto a lo que hoy crees; checa el siguiente punto:
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Se objetivo con un toque de optimismo.
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No esperes convertirte en el alma de las fiestas o en el más popular de las reuniones, especialmente si has tenido la autoestima muy baja por largo tiempo.
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Aspira a un cambio de creencias gradual donde, poco a poco, empieces a fortalecer tus habilidades de socializar.
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Cuida tus conversaciones. A la gente no le gusta rodearse de pesimistas o de gente que sólo cuenta problemas o se queja de todo.
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No se trata de que finjas nada, sólo que te centres más en tus sueños o deseos que en tus problemas u obstáculos para superarlos.
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¿Podrías sostener o decirle a alguien que eres la persona más maravillosa, única, sensacional y más inteligente de la tierra? ¿Cómo te escucharías?
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Seguramente si respondiste honestamente dijiste que no. Bien, entonces tampoco podrías afirmar lo contrario.
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Precaución: Ten paciencia, este proceso puede no ser rápido y generalmente hay recaídas.
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Rodéate de personas sociales y optimistas
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O al menos no lo hagas de pesimistas y aislados.
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Si ya tienes tu microcírculo pseudo social de dos amigos, busca integrarlos junto contigo a círculos más amplios probando salir más de casa, haciendo actividades colectivas juntos y evitando sólo conversar entre ustedes en un rincón cuando vayan a una fiesta.
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Si tus amigos no quieren, no necesariamente tienes que alejarte de ellos. Alterna su compañía con nuevas relaciones que tú vayas formando.
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Busca ayuda profesional
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Si sientes que no puedes ya salir de la trampa de la soledad y el aislamiento, siempre es buena idea buscar ayuda profesional de la mano de un psicoterapeuta o asistiendo a actividades grupales orientadas a trabajar con tu autoestima.
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